“Don Neto”  cumplió su condena por el asesinato de Camarena; la DEA mantiene activa su ficha de búsqueda

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Ernesto Fonseca Carrillo recuperó su libertad en México a los 94 años tras cumplir una condena de 40 años por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena

Ernesto Fonseca Carrillo, mejor conocido como “Don Neto”, uno de los fundadores del extinto Cártel de Guadalajara, ha recuperado su libertad luego de cumplir una sentencia de 40 años de prisión impuesta por el secuestro y asesinato del agente encubierto de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena Salazar, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, crímenes perpetrados en febrero de 1985.

El histórico capo, hoy de 95 años de edad, obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria en julio de 2016, debido a su deteriorado estado de salud, por lo que desde entonces había permanecido en una residencia privada ubicada en el fraccionamiento Hacienda Valle Escondido, en Atizapán de Zaragoza, Estado de México. Finalmente, el pasado 5 de abril se convirtió legalmente en un hombre libre, al haber agotado la totalidad de su condena. Según autoridades mexicanas, ya no existe ninguna investigación pendiente en su contra ni a nivel estatal ni federal.

El origen del Cártel de Guadalajara y la figura de “Don Neto”

Ernesto Fonseca Carrillo nació el 1 de agosto de 1930 en Badiraguato, Sinaloa, cuna de varios de los más célebres narcotraficantes mexicanos. Desde la década de los setenta se dedicó al tráfico de drogas, operando inicialmente en Ecuador antes de trasladar sus actividades a México. A comienzos de los ochenta, junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero, fundó el Cártel de Guadalajara, la primera gran organización criminal del narcotráfico mexicano moderno.

Este cártel sentó las bases para el modelo de operación de los grupos delictivos posteriores: rutas centralizadas para el tráfico de marihuana y cocaína hacia Estados Unidos, protección política, lavado de dinero y alianzas internacionales, particularmente con el Cártel de Medellín de Pablo Escobar.

A Fonseca Carrillo se le atribuye el diseño de una estructura operativa que integraba producción, transporte y distribución de estupefacientes. También tenía lazos familiares con otros capos: era tío de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, y de Vicente Carrillo, “El Viceroy”, líderes del Cártel de Juárez.

El 7 de febrero de 1985, el Cártel de Guadalajara secuestró al agente de la DEA “Kiki” Camarena, quien había logrado infiltrarse en las operaciones de la organización y obtenido información sensible. Junto con él fue raptado el piloto mexicano Alfredo Zavala. Ambos fueron torturados brutalmente y asesinados; sus cuerpos aparecieron días después en una zona rural de Michoacán.

El gobierno de Estados Unidos ejerció una presión diplomática sin precedentes sobre México, lo que derivó en la captura de los principales líderes del cártel. “Don Neto” fue arrestado el 7 de abril de ese mismo año, junto con Caro Quintero, en Puerto Vallarta, Jalisco.

Durante su proceso judicial, Fonseca fue sentenciado a 40 años de prisión. Desde sus primeros años en prisión gozó de privilegios que incluían alimentos de lujo, alcohol y visitas frecuentes. No obstante, con el paso del tiempo su salud se deterioró notablemente. En 2016, a los 86 años, un juez le concedió la prisión domiciliaria por motivos humanitarios. Reportes médicos indicaban que padecía al menos 19 enfermedades, entre ellas cáncer de colon, hipertensión, parálisis parcial y reumatismo severo. También presenta un deterioro cognitivo que, según su familia, le impide reconocer su entorno.

El caso sigue vivo en Estados Unidos: la DEA no olvida

A pesar de haber cumplido su condena en México, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) mantiene activa la ficha de búsqueda de Fonseca Carrillo, a quien aún considera fugitivo. En su sitio oficial, lo acusa de múltiples violaciones federales, incluyendo el secuestro y asesinato de un agente federal, extorsión, complicidad, encubrimiento y conspiración para cometer actos violentos.

La ficha, ilustrada con una fotografía en blanco y negro, lo describe como un hombre nacido en 1942 (a pesar de que su acta de nacimiento mexicana señala 1930), de estatura media, ojos y cabello color café. Además, lanza una advertencia: “Armado y peligroso. Anteriormente empleado como abogado”.

Los alias registrados por la DEA revelan la complejidad de su historial criminal: “Don Peto”, “El Jefe”, “El Lic”, “El Papi”, “Juan Escobedo”, entre otros.

Estados Unidos solicitó formalmente su extradición en 2015 para juzgarlo en territorio estadounidense por los mismos hechos. Sin embargo, el entonces secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, negó la petición argumentando que violaría el principio constitucional mexicano de non bis in ídem, que impide ser juzgado dos veces por el mismo delito. La decisión se basó en la opinión de un juez federal.

Pese a ello, el caso Camarena sigue abierto en Estados Unidos. La DEA ha declarado en múltiples ocasiones que su objetivo es enjuiciar a todos los responsables del asesinato, el cual consideran uno de los ataques más graves contra un agente federal fuera del país.

El pasado 27 de febrero, Rafael Caro Quintero fue extraditado a Estados Unidos, donde podría enfrentar la pena de muerte. Por su parte, Miguel Ángel Félix Gallardo aún cumple una sentencia en México, y aunque su condena original por el caso Camarena concluye en 2026, permanece preso por delitos relacionados con el narcotráfico y tenencia de armas.

Nueva demanda en Estados Unidos: la justicia civil también persigue a “Don Neto”

El 21 de marzo de 2025, los familiares de Enrique Camarena interpusieron una demanda civil federal en la Corte del Distrito Sur de California. Acusan a Fonseca Carrillo, Caro Quintero y Félix Gallardo de terrorismo internacional, homicidio premeditado, daños emocionales severos y conspiración para cometer crímenes violentos.

La demanda se ampara en la Ley Antiterrorista de 1991 y busca una indemnización económica por reparación del daño. En el documento judicial se detalla que Camarena fue secuestrado a plena luz del día, frente al consulado estadounidense en Guadalajara, y posteriormente torturado durante más de 30 horas. Su cuerpo fue hallado junto al de Zavala en un predio rural.

La acción legal es un nuevo intento por parte de la familia Camarena y del gobierno estadounidense para mantener vivo el caso en tribunales, a pesar de los años transcurridos.

Un símbolo del viejo narco que aún persigue la justicia

Ernesto Fonseca Carrillo representa una era del narcotráfico mexicano marcada por el control centralizado, la corrupción institucionalizada y la construcción de imperios criminales que aún tienen eco en las estructuras delictivas actuales. Aunque su vida pública parece llegar a su ocaso, su nombre sigue generando atención mediática, política y judicial a ambos lados de la frontera.

Mientras en México se considera que “Don Neto” ya pagó su deuda con la justicia, en Estados Unidos su situación sigue abierta. Para la DEA, su edad avanzada y frágil salud no son obstáculos para que enfrente las consecuencias legales de uno de los crímenes más emblemáticos en la historia del narcotráfico contemporáneo.

 

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