Estados Unidos dio un nuevo paso en su estrategia contra lo que denomina “narcoterrorismo” al anunciar la operación “Lanza del Sur”, un despliegue militar que ya no se limita a Venezuela o Colombia, sino que abarca a toda América Latina. El anuncio llega después de semanas en las que Washington ha realizado ataques en el Caribe y el Pacífico, hundiendo embarcaciones que asegura están ligadas al tráfico de drogas.
¿Cuál es el objetivo de “Lanza del Sur”?
De acuerdo con el secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, la misión busca la “expulsión total” de cualquier grupo narcoterrorista que opere en el hemisferio occidental. En su mensaje, señaló que esta operación pretende “proteger a nuestra patria de las drogas que están matando a nuestra gente”.
La ofensiva será ejecutada por la Fuerza de Tarea Conjunta Southern Spear, en coordinación con el Comando Sur de Estados Unidos. Según Hegseth, esta acción es la respuesta del Departamento de Guerra a la orden del presidente Donald Trump de “tomar medidas”… aunque no aclaró contra quién específicamente ni bajo qué criterios operativos.
El “vecindario” de Estados Unidos
Un punto que generó especial atención fue la justificación geopolítica presentada por Hegseth. Al anunciar la operación, calificó al hemisferio occidental como “el vecindario de Estados Unidos”, argumento que ha generado críticas en décadas pasadas cuando Washington ha intervenido en Latinoamérica.
La frase reaviva la percepción histórica de que Estados Unidos considera la región como una zona de influencia directa, ahora bajo el argumento de combatir el narcoterrorismo.
Ataques previos y una posible formalización
Aunque no hay detalles concretos sobre dónde ni cómo operará “Lanza del Sur”, analistas consideran que este anuncio podría ser la formalización de los ataques que Estados Unidos ha llevado a cabo recientemente contra embarcaciones en aguas internacionales. En estas acciones, Washington asegura haber destruido presuntas “narcolanchas”, difundiendo incluso videos de los bombardeos.
Hasta ahora, el gobierno estadounidense no ha presentado evidencia pública que respalde que las embarcaciones hundidas correspondían efectivamente a redes de narcotráfico.
