La militarización del narcotráfico: drones y tácticas aprendidas en Ucrania

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La guerra moderna y la criminalidad en México se cruzan de manera preocupante. Miembros de cárteles mexicanos y colombianos han incorporado tácticas aprendidas en Ucrania para sofisticar sus operaciones en el país, combinando drones armados, explosivos improvisados y tecnología avanzada de comunicación.

Según reportes de inteligencia, algunos integrantes de los cárteles viajaron a Ucrania y se infiltraron en la Legión Internacional para entrenarse en el uso de drones kamikaze y sistemas FPV (vista en primera persona), que permiten dirigir explosivos con precisión desde la distancia. Este conocimiento se ha aplicado en ataques en Michoacán, Chihuahua y Jalisco, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos disputan territorio.

El uso de explosivos artesanales se ha vuelto común en regiones como Tierra Caliente, donde desde 2023 se han desactivado más de 4,000 artefactos, la mayoría lanzados desde drones.

“No cualquier integrante opera estas aeronaves; son grupos entrenados específicamente para ello”, explicó Carlos Roberto Gómez Ruiz, jefe del Agrupamiento Especializado en Artefactos Explosivos y Materiales Peligrosos de Michoacán.

Ahora, los cárteles buscan incorporar drones de fibra óptica, una innovación tecnológica que transmite datos mediante luz en lugar de radiofrecuencia, haciéndolos inmunes a interferencias y casi indetectables. Según reportes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, estos dispositivos llegarán pronto a Michoacán, lo que permitirá al crimen organizado realizar vigilancia, ataques y transporte de explosivos sin riesgo de interferencia electrónica.

Alberto Guerrero Baena, experto en seguridad pública, advierte que esta combinación de armas, tecnología y tácticas extranjeras profundiza la asimetría en el combate al crimen.

“Las policías y fuerzas armadas enfrentan no sólo grupos armados, sino organizaciones con capacidades de inteligencia casi al nivel de un Estado. Esto les permite anticiparse, evadir operativos y consolidar control territorial”, apuntó.

La militarización de los cárteles incluye drones FPV y de fibra óptica, minas terrestres, explosivos artesanales, vehículos blindados improvisados y exmilitares colombianos en sus filas. Esta sofisticación ha generado un incremento notable en ataques: de unos pocos incidentes en 2020, ahora se registran más de 40 ataques mensuales en México con drones armados.

Expertos internacionales y autoridades mexicanas advierten que el acceso a tecnologías de guerra extranjeras y la facilidad para operarlas por grupos criminales representan un riesgo creciente, mientras la seguridad pública lucha por recuperar la ventaja tecnológica.

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