Además de Sembrando Vida, la presidenta propuso ampliar el número de asientos a regiones históricamente marginadas como África, América Latina y El Caribe
En el marco de la Cumbre de Líderes del G20, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó una serie de propuestas clave para transformar la gobernanza global y enfrentar los principales desafíos sociales y ambientales que afectan a la humanidad. Entre ellas, destacó una propuesta para reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, buscando ampliar la representación de regiones históricamente marginadas como África, América Latina y El Caribe. De acuerdo con Sheinbaum, esta reforma es esencial para asegurar que las decisiones del Consejo reflejen un orden mundial más inclusivo, democrático y justo.
“La propuesta es ampliar el número de asientos a regiones que han estado representadas de forma limitada, como África, América Latina y El Caribe, y los pequeños Estados Insulares. Esto corresponde a la inclusión, el reconocimiento de naciones como iguales y una verdadera posibilidad de alcanzar soluciones para la paz”, señaló la presidenta de México en su intervención en la mesa titulada “Reforma de las instituciones de gobernanza global”.
Sheinbaum subrayó que un Consejo de Seguridad más representativo no solo garantizaría una toma de decisiones más justa, sino que fortalecería el principio de democracia que, según la mandataria, también guía las políticas internas de México.
En este sentido, recordó que su gobierno ha impulsado reformas constitucionales que promueven la igualdad sustantiva, la paridad de género y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, y destacó que la reforma del Consejo debe estar alineada con esos valores fundamentales.
Reforestar con fondos militares
Además de su propuesta para reformar el Consejo de Seguridad, Sheinbaum presentó una iniciativa innovadora y ambiciosa para hacer frente a la crisis climática. En su primera participación en el G20, propuso que los países del grupo destinen el 1% de su gasto militar anual a financiar un programa global de reforestación, inspirado en el proyecto “Sembrando Vida” que se lleva a cabo en México desde 2019.
Según la propuesta, esta medida liberaría hasta 24 mil millones de dólares que se destinarían a subsidiar a seis millones de sembradores de árboles en todo el mundo, con el objetivo de reforestar 15 millones de hectáreas, un área equivalente a cuatro veces la superficie de Dinamarca.
“La propuesta es establecer un fondo para llevar a cabo el programa de reforestación más grande de la historia. Con ello, ayudaríamos a mitigar el calentamiento global, restauraríamos el tejido social y apoyaríamos a comunidades a salir de la pobreza”, destacó Sheinbaum, aludiendo a los beneficios que esta propuesta tendría tanto para el medio ambiente como para la creación de empleos temporales y la reducción de la pobreza y la migración.
La presidenta mexicana afirmó que este enfoque representa una forma concreta de usar recursos destinados a la guerra para combatir los desafíos globales que realmente afectan a la humanidad, como el cambio climático y la inseguridad alimentaria.
“Es absurdo que se invierta más en armas que en resolver los problemas más urgentes de la humanidad, como la pobreza, el hambre o el cambio climático”, subrayó Sheinbaum.
En su intervención, Sheinbaum también hizo un llamado a la solidaridad internacional, haciendo un énfasis particular en la importancia de poner la paz por encima de los intereses bélicos y económicos.
“Me niego a pensar que somos capaces de crear inteligencia artificial e incapaces de dar la mano al que se quedó atrás”, expresó la presidenta.
A lo largo de su discurso, Sheinbaum destacó que los gobiernos tienen una responsabilidad primordial en la garantía de los derechos humanos y el bienestar de sus pueblos, al señalar que el Estado debe garantizar el derecho a la paz, a la educación, a la salud y a una vida digna. En este sentido, expresó su compromiso con un orden internacional que favorezca los derechos de todos los pueblos, y no solo de los más poderosos.
Finalmente, hizo un llamado a los países del G20 para que prioricen la paz, la equidad y la protección del medio ambiente sobre los intereses armamentistas y económicos, poniendo de manifiesto la necesidad de una gobernanza global más inclusiva y responsable.