Polonia vivió una situación inédita en la madrugada del miércoles 11 de septiembre, cuando al menos 19 drones rusos ingresaron a su espacio aéreo, marcando la primera vez que territorio de un miembro de la OTAN fue directamente afectado por una operación de este tipo. La incursión ocurrió mientras Rusia atacaba a Ucrania con una ola de drones y misiles.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, informó que la mayoría de los drones provino de Bielorrusia, y que se registraron 19 violaciones durante siete horas. Las Fuerzas Armadas polacas lograron derribar varios de estos vehículos no tripulados y se inició la búsqueda de los que cayeron, con la ayuda de aliados de la OTAN, incluyendo aviones F-35 de Países Bajos.
“La situación es grave y Polonia está preparada para repeler este tipo de ataques. La seguridad de nuestra patria es nuestra máxima prioridad”, declaró Tusk, tras reunirse de emergencia con funcionarios militares y de servicios de emergencia.
Por su parte, el presidente de Polonia, Karol Nawrocki, y la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, calificaron la incursión como una provocación deliberada de Rusia y una violación grave del espacio aéreo europeo. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, también advirtió que el episodio es un precedente peligroso para Europa y pidió que Rusia “sienta las consecuencias”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó la acción y anunció que hablaría con el presidente polaco sobre la incursión, calificándola de amenaza directa. Funcionarios estadounidenses y europeos coincidieron en que, aunque parte de los drones pudo haberse desviado accidentalmente, la mayoría fueron enviados intencionalmente, poniendo a prueba la determinación de la OTAN y sus defensas.
El incidente ocurre días antes de los ejercicios militares Zapad-2025 de Rusia y Bielorrusia, programados del 12 al 16 de septiembre, y aumenta la tensión en la región. Polonia, que alberga a más de un millón de refugiados ucranianos y es un punto clave para la ayuda occidental, ha cerrado temporalmente algunos pasos fronterizos y el espacio aéreo sobre el aeropuerto de Varsovia para garantizar la seguridad.
El gobierno polaco enfatizó que, aunque la situación es crítica, actualmente no hay razones para declarar estado de guerra, y continuará trabajando con aliados de la OTAN para proteger su territorio y ciudadanos.