Cada 1 de agosto se conmemora el Día del Cuerpo de Fuerzas Especiales (CFE) del Ejército Mexicano, conocidos popularmente como “Los Murciélagos”. Aunque su existencia es poco conocida fuera de los círculos castrenses, estos soldados de élite son considerados los más preparados y temidos del país.
En lo más profundo del entrenamiento militar mexicano, hay una unidad que sobresale por su disciplina férrea, su preparación extrema y su actuación silenciosa en las misiones más peligrosas del país. Son conocidos como “Los Murciélagos”, pero su nombre oficial es el Cuerpo de Fuerzas Especiales (CFE), anteriormente denominado Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE). Son la élite del Ejército Mexicano.
Origen y transformación
Anteriormente denominada como Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), esta unidad de élite fue creada formalmente en 1990, cuando México buscaba fortalecer sus capacidades de combate ante amenazas emergentes como el narcotráfico, el terrorismo y posibles conflictos armados. Sus primeros elementos provenían de la Brigada de Fusileros Paracaidistas y fueron entrenados por fuerzas especiales de países como Estados Unidos, Francia e Israel.
Durante la década de los noventa, participaron activamente en operativos de alto riesgo, incluyendo la llamada Operación Arcoíris en Chiapas durante el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Desde entonces, su relevancia ha crecido dentro del esquema de seguridad nacional.
Fue en 2004 cuando el grupo adoptó su nombre actual: Cuerpo de Fuerzas Especiales. Aunque su apodo de “Murciélagos” perduró, en referencia a su capacidad para operar con eficacia en misiones nocturnas y en condiciones de baja visibilidad.
Organización y despliegue
Actualmente, el CFE está compuesto por seis batallones especializados, la Fuerza Especial Conjunta y el Grupo de Respuesta a Emergencias, todos con base en distintos campos militares en el Estado de México, Ciudad de México y Sonora. Su cuartel general de adiestramiento se encuentra en Temamatla, Estado de México.
Cada unidad cuenta con elementos regulares, intermedios y veteranos. Estos últimos fungen como instructores y líderes operativos. Los más experimentados obtienen las denominaciones de COIFES (Curso de Oficiales Instructores de Fuerzas Especiales) y CSFES (Curso de Sargentos de Fuerzas Especiales).
Entrenamiento extremo
Ingresar a las filas de los Murciélagos no es tarea sencilla, ya que solo los soldados que ya pertenecen al Ejército Mexicano y han concluido su formación básica pueden aspirar a formar parte del CFE.
Después de superar pruebas físicas, médicas y psicológicas extremas, los candidatos ingresan al Curso de Comandos, con una duración de 15 semanas. Ahí reciben entrenamiento en combate cuerpo a cuerpo, operaciones urbanas, guerra de guerrillas, paracaidismo, supervivencia en desierto, jungla, montaña y ambientes acuáticos.
Su entrenamiento es considerado uno de los más duros de América Latina, con fases que simulan tortura, aislamiento, hambre y combate extremo. Solo un puñado de aspirantes logra graduarse.
“Hay quienes dicen que sobrevives a la formación como un animal salvaje, o no sobrevives”, narra un militar retirado que formó parte de la unidad. Los entrenamientos incluyen inmersiones nocturnas en cuerpos de agua, sobrevuelos desde helicópteros, navegación sin instrumentos, resistencia a interrogatorios y semanas enteras en la selva con escasa comida.
El adiestramiento incluye el uso de armamento especializado y técnicas de contraterrorismo. Además, existen subcentros de entrenamiento en distintas regiones del país, enfocados en operar en condiciones específicas: desierto (Baja California), jungla (Quintana Roo), montaña (Durango), y áreas urbanas (Estado de México).
Los soldados también pueden especializarse en disciplinas como francotirador, manejo de explosivos, combate urbano, guerra electrónica y rescate de rehenes.
Su papel en la guerra contra el narcotráfico
Desde el inicio de la guerra contra el narcotráfico en 2006, los Murciélagos han sido pieza clave en operaciones estratégicas. Han participado en la captura de líderes criminales como Joaquín “El Chapo” Guzmán y Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, así como en la recuperación de territorios dominados por el crimen organizado en estados como Michoacán, Guerrero y Tamaulipas.
Su capacidad táctica y operativa los convierte en una de las fuerzas más temidas por los cárteles, sin embargo, también han sido objeto de controversia y críticas por su participación en operativos donde se han señalado excesos o presuntos abusos, un aspecto que ha sido debatido en organismos de derechos humanos y foros públicos.
La sombra de Los Zetas
Uno de los episodios más oscuros en la historia del CFE ocurrió en 1997, cuando al menos 40 integrantes desertaron para formar el brazo armado del Cártel del Golfo, conocidos como Los Zetas. Este grupo introdujo tácticas militares al crimen organizado, cambiando para siempre el rostro del narcotráfico en México.
Este hecho evidenció los riesgos de militarizar la seguridad pública y puso sobre la mesa la necesidad de controles más estrictos dentro de las Fuerzas Armadas.
Discreción, disciplina y respeto
Las operaciones del CFE son estrictamente confidenciales, conocidas solo por los altos mandos del Ejército y el Presidente de la República. A pesar de su constante actividad, rara vez son mencionados públicamente. Se les puede reconocer por el parche distintivo que portan en el brazo o en el pecho, y por su reputación silenciosa pero efectiva.
A menudo, su labor pasa desapercibida para la población general, pero en los círculos militares y de seguridad, son considerados una de las unidades más capacitadas y estratégicas de América Latina.
Una fuerza en las sombra
Poco conocidos por el gran público, los Murciélagos del Ejército Mexicano representan la máxima preparación, disciplina y capacidad operativa de las fuerzas armadas del país. En un contexto donde la violencia y el crimen organizado siguen siendo desafíos diarios, su existencia (aunque discreta) continúa siendo clave en la lucha por la seguridad nacional.