Durante su audiencia de confirmación en el Senado, el nominado a encabezar la Agencia Antidrogas de Estados Unidos sostuvo que el país vive una crisis mortal por el fentanilo y que “la mayoría del territorio mexicano” está bajo control del crimen organizado.
Terrance “Terry” Cole, nominado por la Casa Blanca para dirigir la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), afirmó este martes que los cárteles de la droga controlan “la mayor parte del territorio mexicano”. No obstante, expresó confianza en que esa situación podría comenzar a cambiar con la llegada del gobierno de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de México.
Durante su comparecencia ante el Comité Judicial del Senado de Estados Unidos como parte del proceso de confirmación, Cole describió el tráfico de drogas —particularmente de fentanilo— como una “emergencia de seguridad nacional” para Estados Unidos, al señalar que cada día mueren cerca de 300 estadounidenses por sobredosis.
“Nuestro país enfrenta una crisis mortal y sin precedentes. Cada día perdemos a casi 300 ciudadanos a causa del veneno de las drogas, principalmente el fentanilo que cruza nuestras fronteras”, dijo ante los legisladores.
Cole, quien anteriormente se desempeñó como director asistente regional de la DEA en México, declaró que fue testigo directo del poder que ejercen los grupos del narcotráfico en territorio mexicano.
“Vi la colusión de los cárteles con instituciones gubernamentales, la intimidación a las fuerzas del orden y el control brutal que ejercen sobre comunidades enteras. La amenaza no es teórica: es real y constante”, subrayó.
“La mayoría del país está bajo dominio de los cárteles”
Durante el interrogatorio, el senador republicano Lindsey Graham preguntó a Cole si había regiones de México gobernadas, en la práctica, por los cárteles. “Sí”, respondió sin titubeos. Luego, el senador Chuck Grassley pidió más precisión: ¿qué porcentaje del territorio mexicano estaría bajo su control? “La mayoría”, aseguró Cole. “Dejé México en 2019, y entonces el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) controlaba 24 estados”.
Ante tales afirmaciones, Grassley lo interrumpió: “Nos está diciendo que, en lo que respecta a la aplicación de la ley y otras actividades, México —nuestro vecino— está controlado en gran medida por los cárteles”.
¿Complicidad gubernamental?
El senador demócrata Richard Blumenthal planteó la pregunta más directa: ¿es el gobierno mexicano cómplice de los cárteles? Cole respondió afirmativamente en cuanto a administraciones pasadas y ofreció ejemplos judiciales donde testigos han detallado dicha colaboración. Citó casos como el del exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, condenado por narcotráfico en Estados Unidos.
“Hemos visto a militares, policías y funcionarios trabajando codo a codo con miembros de cárteles. No es una excepción: ha sido un patrón histórico”, afirmó.
No obstante, cuando se le pidió evaluar al actual gobierno de Claudia Sheinbaum, Cole adoptó un tono más conciliador.
“La presidenta Sheinbaum muestra buena voluntad y está intentando cambiar esa dinámica. Lo digo con base en los nombramientos que ha hecho para combatir a los cárteles. Me alientan los pasos que México está tomando en este momento”.
Destacó en particular la figura del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a quien describió como un funcionario dispuesto a colaborar con Estados Unidos.
“En poco tiempo, Harfuch ha logrado importantes incautaciones de fentanilo y metanfetamina. Su designación es una señal alentadora”.
Sin embargo, al ser cuestionado nuevamente por Blumenthal sobre si la influencia de los cárteles sigue presente dentro del gobierno mexicano, Cole respondió con un escueto pero revelador “sí”.
“Cooperación, no injerencia”: responde Sheinbaum
Tras conocerse las declaraciones de Cole, la presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció con firmeza desde Palacio Nacional. Reiteró su disposición a colaborar con las agencias estadounidenses, pero advirtió que no aceptará injerencias.
“Lo que hay es coordinación y colaboración con el Departamento de Estado, la Casa Blanca y el propio presidente Trump; pero no va a ser como antes. Coordinación, colaboración, información, pero sin injerencias”, afirmó.
Un frente compartido, pero frágil
La audiencia de Terry Cole se produce en un contexto donde la relación bilateral en materia de seguridad enfrenta presiones internas y externas. Mientras que sectores en Washington insisten en declarar a grupos criminales mexicanos como organizaciones terroristas, en México prevalece la resistencia a medidas que impliquen una mayor presencia o control de agencias estadounidenses.
Aunque el nominado a la DEA reconoce avances y voluntad política en el nuevo gobierno mexicano, también deja claro que el crimen organizado sigue siendo un actor poderoso —y, en muchos casos, dominante— en el país.
La confirmación de Terry Cole como director de la DEA podría marcar un nuevo tono en la política antidrogas de Washington hacia México, justo en un momento en que ambos países deberán redefinir sus estrategias conjuntas frente a una crisis que ya no sólo es de salud pública, sino de seguridad regional.