China exhibe su poderío militar en desfile por el 80 aniversario del fin de la II Guerra Mundial

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El presidente Xi Jinping encabezó este miércoles un imponente desfile militar en la plaza de Tiananmen para conmemorar los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, acompañado por Vladímir Putin y Kim Jong-un. La ceremonia, de alrededor de 90 minutos, fue presentada por el régimen chino como un acto de unidad, aunque para analistas reflejó la cercanía de tres gobiernos autoritarios que enfrentan sanciones internacionales y críticas por violaciones a los derechos humanos.

El evento incluyó salvas de artillería, el himno nacional y la marcha de miles de soldados en formación, en un escenario diseñado para proyectar poder. También se exhibieron drones submarinos, misiles hipersónicos, bombarderos y aviones de combate. Destacó el nuevo misil balístico intercontinental DF-61, capaz de portar ojivas nucleares, así como el dron submarino AJX002.

En su discurso, Xi lanzó un mensaje de autosuficiencia y desafío a Occidente: “El pueblo chino es un pueblo que no teme a la violencia, y que es autosuficiente y fuerte. La revitalización del pueblo chino no puede ser bloqueada, y el noble objetivo del desarrollo pacífico de la civilización humana debe triunfar”.

El líder chino apareció flanqueado por Putin y Kim, caminando sobre una alfombra roja hacia la tribuna principal. La imagen buscó mostrar cohesión frente al aislamiento internacional de Rusia y Corea del Norte, y en medio de la creciente tensión de Beijing con Estados Unidos y la Unión Europea.

Kim Jong-un, quien rara vez viaja fuera de su país, llegó en su tren blindado acompañado de su hija, Kim Ju Ae. Fue recibido por el canciller Wang Yi antes de posar junto a Xi y Putin. “China muestra que tiene poder de convocatoria para reunir a Putin y Kim”, explicó Lam Peng Er, investigador de la Universidad Nacional de Singapur.

Putin, por su parte, destacó la participación de soldados norcoreanos que apoyan a Rusia en su ofensiva contra Ucrania y, al ser cuestionado sobre críticas de Donald Trump, respondió: “El presidente de los Estados Unidos no carece de sentido del humor. En estos días de negociaciones nadie ha expresado juicios negativos sobre la actual administración estadounidense”.

Trump había escrito en redes sociales: “Por favor, dé mis más cálidos saludos a Vladímir Putin y a Kim Jong-un mientras conspiran contra los Estados Unidos de América”, además de cuestionar si Xi reconocería la contribución de los soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.

El desfile también reunió a líderes cercanos a Moscú y Beijing, como Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia, aunque sin representación de mandatarios occidentales. En paralelo, Beijing reforzó la seguridad de la capital con cierres viales, controles militares y una intensa propaganda con el emblema “1945-2025”.

Para Xi Jinping, la ceremonia fue un escenario calculado para presentarse como líder de un bloque alternativo a Occidente.

“La humanidad se enfrenta nuevamente a una elección entre la paz y la guerra, el diálogo o la confrontación”, advirtió.

La puesta en escena evidenció cómo China busca consolidar su influencia internacional con el respaldo de Rusia y Corea del Norte, mientras intenta contrarrestar el peso de las democracias occidentales en el escenario global.

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