En menos de seis meses, México extraditó a Estados Unidos a 55 personas ligadas al narcotráfico. Los traslados, realizados en coordinación con el Departamento de Justicia, buscan frenar las operaciones que líderes criminales seguían dirigiendo desde prisión y reforzar la cooperación entre ambos países.
Los cárteles más afectados fueron el Cártel de Sinaloa, el CJNG, Los Zetas, Los Caballeros Templarios y el Cártel del Golfo, al perder a figuras históricas y operadores de alto nivel.
En la primera entrega masiva, hecha en febrero, fueron enviados 29 reclusos. Entre ellos estaban Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara; Miguel Ángel y Óscar Omar Treviño Morales, exlíderes de Los Zetas; y Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, del Cártel de Juárez. También cayeron operadores de Sinaloa como José Ángel Canobbio Inzunza, “El Güerito”, y Andrew Clark, “El Dictador”.
La segunda operación incluyó a otros capos como Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder de Los Caballeros Templarios, y Abigael González Valencia, “El Cuini”, pieza clave del CJNG y Los Cuinis. A ellos se sumaron integrantes de Los Zetas, La Familia Michoacana y del Cártel del Golfo.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, todos los extraditados representaban un riesgo porque seguían influyendo en las actividades de sus organizaciones desde prisión. Con su salida, los grupos criminales enfrentan reacomodos internos y disputas por el control de territorios.
Por otro lado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos informó que, además de estas extradiciones, 14 mexicanos sentenciados en cortes federales fueron regresados a su país para cumplir sus condenas, lo que permitirá un ahorro de más de 4 millones de dólares en gastos penitenciarios.