Carmen Parra de Alanís (1885-1941) fue una destacada revolucionaria mexicana que participó activamente en la Revolución Mexicana y en movimientos feministas obreros. Conocida como “La Coronela Alanís”, se unió a las filas revolucionarias en 1910 y dedicó su vida a la lucha por la justicia social, tanto en el campo de batalla como en la defensa de los derechos laborales de las mujeres.
Nacida en Casas Grandes, Chihuahua, Carmen Parra se involucró en la lucha armada bajo las órdenes de Antonio I. Villarreal, Lázaro Alanís y Marcelo Caraveo. Durante el conflicto, se encargó de trasladar municiones para las fuerzas de José Inés Salazar y de llevar mensajes de Francisco I. Madero.
En 1911, se incorporó a las tropas de Francisco Villa, donde reclutó combatientes y participó en batallas clave como las de Conejos, Rellano, La Cruz y Bachimba, dentro del levantamiento de Pascual Orozco contra Madero. También tuvo un papel importante en la toma de Ciudad Juárez y Ojinaga, eventos que marcaron el rumbo de la Revolución.
Su compromiso con la lucha revolucionaria continuó con el avance de la División del Norte hacia Torreón, Coahuila. En 1914, durante la Convención de Aguascalientes, fue detenida en Veracruz mientras transportaba documentos de Emiliano Zapata, pero fue liberada poco después. Entre 1916 y 1918, se unió a las filas constitucionalistas y colaboró en la gestión de amnistías para combatientes revolucionarios.
Tras el conflicto armado, Carmen Parra dirigió su esfuerzo a la defensa de los derechos de las mujeres, participando en organizaciones feministas y proletarias que buscaban mejorar las condiciones laborales y lograr el reconocimiento de la ciudadanía plena para las mujeres mexicanas.
Su legado fue reconocido oficialmente en 1942, un año después de su muerte, cuando se le otorgó el título de Veterana de la Revolución. Carmen Parra de Alanís dejó huella en la historia de México por su valentía, su liderazgo en el movimiento revolucionario y su incansable lucha por la equidad y la justicia social.
