José Francisco Gallardo Rodríguez fue mucho más que un militar mexicano; fue un valiente defensor de los derechos humanos dentro del Ejército y un símbolo de lucha por la justicia en México.
Nacido el 6 de octubre de 1946 en Atotonilco el Alto, Jalisco, Gallardo inició su carrera militar al ingresar al Heroico Colegio Militar en 1963. Ascendió hasta alcanzar el grado de general brigadier en 1989 y participó incluso en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 como miembro del equipo ecuestre mexicano. Pero su legado va más allá de su formación y logros deportivos.
En 1993, Gallardo dio un paso que cambiaría su vida: publicó un artículo en la revista Forum donde proponía la creación de un ombudsman militar, una figura encargada de proteger los derechos humanos de los militares frente a posibles abusos dentro de las fuerzas armadas. Esta propuesta, innovadora y necesaria, fue vista con recelo por los altos mandos militares.
Como consecuencia, fue detenido ese mismo año bajo acusaciones cuestionables y enfrentó un consejo de guerra. A pesar de ser absuelto en varios cargos, pasó casi nueve años en prisión. Su encarcelamiento fue declarado arbitrario por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que destacó la violación a sus derechos fundamentales.
Tras su liberación en 2002, Gallardo no bajó la guardia. Continuó trabajando como académico en la UNAM y asesor político, además de postularse en dos ocasiones como candidato a gobernador en Colima por Morena. A lo largo de su vida, recibió reconocimientos nacionales e internacionales que destacaron su compromiso con la justicia y los derechos humanos.
El 29 de abril de 2021, Gallardo falleció a los 74 años debido a complicaciones por COVID-19. Su nombre y su historia permanecen como un ejemplo de valentía, integridad y la lucha incansable por un México más justo, incluso dentro de las instituciones más cerradas.