¿Quién es Andrea Cruz Hernández, la primera piloto de la Fuerza Aérea Mexicana?

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Andrea Cruz Hernández nació en Oaxaca, México, y desde muy joven mostró un fuerte interés por la aviación y el servicio militar. En 2007 ingresó al Colegio del Aire, ubicado en Zapopan, Jalisco, convirtiéndose en la única mujer de su generación en estudiar la carrera de Ciencias Militares Piloto Aviador. Su ingreso representó un paso significativo en la historia de la Fuerza Aérea Mexicana, ya que no sólo rompía con una larga tradición masculina en las áreas operativas del aire, sino que abría camino para la inclusión formal de mujeres en tareas altamente especializadas dentro de las Fuerzas Armadas.

Durante su formación, Andrea recibió instrucción intensiva en áreas como aerodinámica, física de navegación, meteorología, sistemas de vuelo y operación de aeronaves. Su talento y disciplina la llevaron a alcanzar un hito histórico en 2009, cuando, con apenas 19 años, realizó su primer vuelo en solitario a bordo de una aeronave Bonanza F33-C. Fue la primera mujer piloto aviador militar en hacerlo en los entonces 94 años de historia de la Fuerza Aérea Mexicana. En ese vuelo utilizó el distintivo “Venus”, y como parte de una tradición aérea militar, colgó una manta con su nombre en la cabina del avión, en conmemoración de la hazaña.

Dos años más tarde, en 2011, se graduó como piloto aviador y obtuvo el título de Licenciada en Ciencias Militares Piloto Aviador por la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea. Tenía 21 años y se convirtió oficialmente en la primera mujer egresada como piloto de combate dentro de la institución. Su logro marcó un precedente que abrió las puertas a nuevas generaciones de mujeres en la aviación militar mexicana.

La historia de Andrea Cruz Hernández inspiró a otras mujeres como Priscila Martínez Morales, Dalia Teresa Garduño Ortiz y Karen Vanessa Velázquez Ruiz, quienes siguieron sus pasos en distintas áreas de la Fuerza Aérea Mexicana, desde el pilotaje de helicópteros hasta el manejo de aviones de combate como el F-5 Tigre.

Aunque su carrera ha transcurrido mayormente fuera del foco mediático, Andrea Cruz es considerada una figura emblemática en el proceso de integración de mujeres a las fuerzas armadas mexicanas. Su nombre está ligado al avance de la equidad de género en un ámbito históricamente reservado para los hombres, y su legado continúa siendo fuente de inspiración para jóvenes que sueñan con volar bajo el emblema del Ejército Mexicano.

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