Estará ubicada en Texas y se transfiere el control de terrenos al Pentágono
El gobierno de Estados Unidos intensificó su estrategia de seguridad en la frontera sur con México mediante la creación de una nueva zona militar restringida, una medida impulsada por la administración del presidente Donald Trump como parte de una política migratoria más severa. Esta nueva franja de seguridad, anunciada por el Comando Norte de Estados Unidos, estará ubicada en Texas, aledaña a la base militar de Fort Bliss, cerca de El Paso, y abarcará más de 100 kilómetros de extensión.
De acuerdo con autoridades estadounidenses, el objetivo de esta acción es reforzar el control sobre la “actividad ilegal” en la región, especialmente en lo relacionado con el ingreso de migrantes y solicitantes de asilo. Esta zona se suma a otra ya existente en Nuevo México, también designada como “Área de Defensa Nacional”, lo que permite el uso de tropas militares sin necesidad de invocar la Ley de Insurrección de 1807.
En paralelo, el presidente Trump autorizó el pasado 11 de abril el traspaso de terrenos federales al Pentágono, incluidos espacios pertenecientes a los departamentos de Defensa, Seguridad Nacional, Interior y Agricultura. Una de las áreas destacadas es la llamada “Reserva Roosevelt”, una franja de 20 metros de ancho que recorre aproximadamente mil kilómetros entre Nuevo México y California, y que ahora será utilizada para fines militares.
La militarización de la frontera está siendo acompañada por un aumento en el despliegue de tropas: actualmente, más de 11 mil 900 soldados están asignados a labores de vigilancia y asistencia en esta región, no obstante, el control formal sobre los cruces ilegales continúa en manos del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que es el encargado de recibir a los migrantes detenidos por las tropas o por otras agencias de seguridad civil.
Según datos del gobierno, las detenciones por cruces irregulares han caído de 124 mil en diciembre a menos de 30 mil en febrero. Además, el Departamento de Justicia reportó esta semana que 28 migrantes fueron acusados de ingresar ilegalmente en una zona bajo jurisdicción militar, lo cual constituye un delito federal más grave que los cargos civiles habituales.
“La decisión de ampliar las zonas militares refleja el compromiso del presidente Trump con el fortalecimiento de nuestra frontera sur”, señaló un funcionario del Departamento de Defensa bajo condición de anonimato.
“La situación no requiere, por ahora, la activación de la Ley de Insurrección, aunque se mantiene como una herramienta viable en caso de ser necesario”, agregó.