El desarrollo humano global se estanca: el avance más bajo en 35 años

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Advierte el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en un informe titulado “Un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de la Inteligencia Artificial

Un 60 % de las personas espera que la inteligencia artificial genere nuevas oportunidades laborales

México destaca por avances moderados en los últimos años, aunque acompañados de desafíos estructurales importantes, se ubica en la posición 81 de 193 países

El desarrollo humano global atraviesa una fase de estancamiento sin precedentes, según el más reciente Informe sobre Desarrollo Humano 2025 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado “Un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de la Inteligencia Artificial”. El documento advierte que, si se excluyen los años de crisis excepcionales (2020-2021), el avance previsto para 2024 representa el incremento más bajo del Índice de Desarrollo Humano (IDH) desde que se comenzó a medir, en 1990.

Este índice, ampliamente reconocido, combina indicadores de salud, educación e ingresos para ofrecer una visión integral del bienestar humano. Las proyecciones actuales revelan un estancamiento del IDH en todas las regiones del planeta, acompañado por un aumento sostenido en las desigualdades entre países de alto y bajo desarrollo humano. Se trata de una reversión preocupante de las tendencias observadas en décadas anteriores, cuando las brechas entre países ricos y pobres mostraban una disminución constante.

“Durante décadas nos encaminábamos hacia un mundo con desarrollo humano muy alto para 2030, pero esta desaceleración representa una amenaza real”, afirmó Achim Steiner, Administrador del PNUD. “Si esta tibia recuperación se convierte en la nueva normalidad, los Objetivos de Desarrollo Sostenible podrían posponerse durante décadas, lo que derivaría en un mundo más desigual, menos seguro y más vulnerable a las crisis económicas y ecológicas”.

El informe destaca cómo las vías tradicionales de desarrollo se encuentran bajo una presión creciente, afectadas por factores como la creciente deuda externa, tensiones comerciales globales, conflictos armados, cambios demográficos y una industrialización que, en muchos países, ya no genera los empleos que solía producir.

Frente a este panorama, el informe plantea que la Inteligencia Artificial (IA) podría convertirse en una herramienta clave para reactivar el progreso humano, si se implementa con un enfoque centrado en las personas. “La IA no es una panacea, pero su despliegue ético y estratégico puede redefinir las oportunidades de millones de personas”, explicó Steiner.

Inteligencia artificial: oportunidades y preocupaciones

Una encuesta mundial incluida en el informe revela que la ciudadanía global tiene una visión matizada sobre la IA. Si bien la mitad de los encuestados considera probable que sus trabajos se vean automatizados, el 60 % cree que la IA traerá nuevas oportunidades laborales. En países con IDH bajo y medio, el optimismo es aún mayor: el 70 % espera que la IA aumente su productividad, y dos de cada tres personas creen que la utilizarán en áreas como la educación, la salud o el trabajo en el próximo año.

Solo el 13 % de la población encuestada teme que la IA pueda eliminar empleos, mientras que la mayoría percibe su integración como una herramienta complementaria que puede mejorar la calidad de vida si se gestiona de manera responsable. Esto plantea un llamado urgente a cerrar las brechas digitales: el acceso desigual a la electricidad, al internet y a habilidades digitales puede reproducir e incluso profundizar las desigualdades existentes.

Tres pilares para un nuevo enfoque de desarrollo

El PNUD propone una hoja de ruta centrada en tres áreas estratégicas para lograr que la IA contribuya al desarrollo inclusivo:

  1. Fomentar una economía colaborativa entre humanos y máquinas, evitando que la IA sustituya indiscriminadamente a los trabajadores. 
  2. Incorporar la participación humana en todo el ciclo de vida de la IA, desde su diseño hasta su implementación. 
  3. Transformar los sistemas educativos y de salud, preparándolos para los desafíos del siglo XXI. 

“La democratización de la IA ya está ocurriendo”, señaló Pedro Conceição, Director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano. “Las decisiones que tomemos hoy definirán el legado de esta revolución tecnológica. Con políticas adecuadas y un enfoque centrado en las personas, la IA puede convertirse en una herramienta para empoderar desde agricultores hasta pequeños empresarios”.

 

Resultados de México: avances medidos, retos persistentes

En el caso de México, el Informe sobre Desarrollo Humano 2025 destaca avances moderados en los últimos años, aunque acompañados de desafíos estructurales importantes. En 2023, el país alcanzó un valor de 0.789 en el IDH, ubicándose en la posición 81 de 193 países, lo que representa un incremento del 0.006 (0.8 %) con respecto a 2022.

Los principales impulsores de esta mejora fueron:

  • Salud: la esperanza de vida al nacer aumentó 1.1 años respecto al año anterior. 
  • Ingreso: el ingreso nacional bruto per cápita creció un 2.2 %. 

Desde 1990, el IDH de México ha experimentado un aumento acumulado del 18.1 %, impulsado por:

  • 6 años adicionales de esperanza de vida al nacer. 
  • 3.3 años más de escolaridad esperada. 
  • 3.4 años más de escolaridad promedio. 
  • 27.8 % de crecimiento en el ingreso per cápita. 

Sin embargo, al ajustar el IDH por desigualdad interna, el valor desciende significativamente a 0.646, lo que implica una pérdida del 18.1 %, reflejando profundas brechas en el acceso a oportunidades dentro del país. A esto se suma un IDH ajustado por presiones planetarias (PHDI) de 0.721, 8.6 % inferior al IDH convencional, debido al impacto ambiental derivado de las emisiones de CO₂.

En cuanto a la equidad de género, los resultados son mixtos:

  • El Índice de Desarrollo de Género (GDI) sitúa a México en el Grupo 1, con una brecha relativamente pequeña entre hombres (0.797) y mujeres (0.777). 
  • Sin embargo, el Índice de Desigualdad de Género (GII) es de 0.358, ubicando al país en la posición 88 de 172 naciones, lo que evidencia desafíos importantes en salud reproductiva, empoderamiento político y participación laboral femenina. 

Estos datos subrayan un hecho crucial: el desarrollo en México, aunque constante, no ha sido homogéneo ni suficiente para reducir las desigualdades estructurales. Persisten privaciones multidimensionales —especialmente en comunidades rurales e indígenas— que exigen políticas más ambiciosas, integrales y sostenibles.

En este contexto, la inteligencia artificial representa una oportunidad inédita para reconfigurar la trayectoria del desarrollo. Si se implementa con un enfoque centrado en las personas, que priorice la justicia social, la equidad de género y la sostenibilidad ambiental, México podría aprovechar la revolución tecnológica como palanca de transformación y resiliencia social, avanzando hacia un modelo más justo e inclusivo.

 

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