Trump sugiere deportar criminales, incluso ciudadanos estadounidenses, a cárceles en El Salvador

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Trump defiende ante Bukele la deportación de ciudadanos de EU a prisiones de El Salvador

El expresidente elogia el modelo carcelario salvadoreño y plantea colaborar en la construcción de más prisiones de máxima seguridad

Durante un encuentro celebrado este lunes en la Casa Blanca, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió públicamente ante el presidente salvadoreño Nayib Bukele la posibilidad de deportar a El Salvador a ciudadanos con nacionalidad estadounidense si han cometido delitos graves. Trump no solo justificó esta controversial medida, sino que también se mostró abierto a colaborar económicamente con El Salvador para expandir su sistema penitenciario.

“Si son criminales, si golpean a una persona en la cabeza con un bate de béisbol, si violan a una mujer de 87 años en Coney Island, Brooklyn… sí, absolutamente”, declaró Trump ante los medios en el Despacho Oval. “Me refiero a personas violentas. A gente realmente mala”.

Aunque aún no hay un marco legal definido para esta propuesta, Trump afirmó que la fiscal general Pam Bondi está “analizando en este momento” las opciones jurídicas para hacer posible la deportación de criminales, incluso cuando tengan ciudadanía estadounidense.

Apoyo total a Bukele y su modelo carcelario

En un gesto poco común para la política exterior de Estados Unidos, Trump elogió sin reservas al presidente salvadoreño, destacando su enfoque de “mano dura” contra la criminalidad. Bukele, a su vez, aseguró que “no se puede liberar a los criminales y esperar que los delitos bajen por arte de magia”, y pidió encarcelar a los delincuentes para “liberar a 350 millones de estadounidenses que claman por seguridad”.

Trump coincidió con esa visión, y fue más allá: sugirió apoyar la construcción de más cárceles de máxima seguridad en El Salvador, similares al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una megacárcel que ha sido criticada internacionalmente por violaciones a los derechos humanos, pero que Bukele defiende como símbolo de eficacia y orden.

“Podemos hacer cosas con el presidente Bukele por mucho menos dinero, y con una seguridad estupenda”, aseguró Trump, aludiendo al costo que representa mantener a miles de presos en cárceles estadounidenses.

Polémica y oposición desde organizaciones civiles

La posibilidad de deportar a ciudadanos estadounidenses —aunque sean delincuentes— a prisiones extranjeras, especialmente a un país como El Salvador, ha desatado preocupación entre organizaciones defensoras de derechos civiles. Estas agrupaciones advierten que la medida podría violar la Constitución, particularmente el derecho a un debido proceso y la protección contra castigos crueles e inusuales.

Además, analistas legales advierten que revocar la ciudadanía o aplicar una deportación por la vía administrativa a un ciudadano naturalizado o por nacimiento en EE.UU. es una acción legalmente dudosa, y anticipan que enfrentaría múltiples desafíos en los tribunales.

¿Por qué El Salvador? Claves del sistema penitenciario salvadoreño

Desde 2022, el gobierno de Nayib Bukele ha implementado un régimen de excepción que ha resultado en más de 75,000 detenciones, muchas de ellas sin orden judicial, bajo acusaciones de pertenecer a pandillas como la MS-13 o Barrio 18. Esta política ha transformado radicalmente el panorama carcelario del país, en parte gracias a la construcción del CECOT, una megacárcel con capacidad para 40 mil internos, ubicada en Tecoluca, en el departamento de San Vicente.

La prisión ha sido ampliamente criticada por organismos internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, que han denunciado condiciones inhumanas, hacinamiento extremo, falta de acceso a defensa legal y castigos colectivos. Sin embargo, dentro de El Salvador, el modelo ha recibido un alto respaldo popular, con más del 80% de aprobación ciudadana, según encuestas locales.

Bukele ha utilizado la política de seguridad como eje central de su imagen pública y de su reelección. Ha vendido el modelo como un “referente” para otros países que enfrentan violencia urbana, y ha comenzado a posicionarse como un actor de peso en temas de seguridad regional.

¿Qué implicaría la colaboración Trump-Bukele?
Una eventual cooperación entre Estados Unidos y El Salvador en materia carcelaria, especialmente en el contexto de una posible segunda presidencia de Trump, podría redefinir los estándares de justicia penal y derechos humanos en la región. Pero también abre un campo de batalla legal, diplomático y ético con implicaciones profundas.

 

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