La inteligencia artificial generativa entra al campo de batalla
De acuerdo a un artículo de James O’Donnell en la MIT Technology Review, la IA generativa está aprendiendo a espiar para el ejército estadounidense. En una prueba, una unidad de marines en el Pacífico utilizó IA generativa no solo para recopilar información, sino también para interpretarla. El trabajo rutinario de inteligencia es solo el comienzo.
Durante décadas, la recopilación de inteligencia militar ha dependido de extensas cadenas humanas: agentes sobre el terreno, analistas que revisan miles de informes, traductores de idiomas raros y especialistas en propaganda. Hoy, el ejército de Estados Unidos apuesta por una nueva generación de herramientas para acelerar ese proceso: la inteligencia artificial generativa.
En un experimento pionero, cerca de 2,500 efectivos de la 15.ª Unidad Expedicionaria de Marines emplearon modelos de lenguaje de última generación durante maniobras realizadas en 2023 en aguas del Pacífico. El objetivo: que la IA no solo recopilara información, sino que también la interpretara en tiempo real.
De los traductores humanos a los algoritmos inteligentes
El cambio tecnológico en esta unidad fue liderado por los capitanes Kristin Enzenauer y Will Lowdon, quienes utilizaron herramientas de IA para analizar grandes volúmenes de información de código abierto —noticias, redes sociales, videos y artículos— recopilados en países como Corea del Sur, Filipinas e India. La IA les permitió traducir, resumir y redactar informes de inteligencia con una rapidez inusitada.
Aunque la validación humana sigue siendo indispensable, los comandantes reportaron una ganancia sustancial en eficiencia. “Ofrecen mucha más rapidez en una situación dinámica”, afirmó Lowdon.
La empresa detrás del experimento
Las herramientas fueron desarrolladas por Vannevar Labs, una startup de defensa fundada en 2019 por exmiembros de la CIA. En noviembre de 2023, la compañía obtuvo un contrato por hasta 99 millones de dólares con la Unidad de Innovación de Defensa del Pentágono, lo que marca su consolidación como uno de los principales proveedores de soluciones de inteligencia artificial del Departamento de Defensa, junto a nombres como Palantir, Anduril y Scale AI.
La tecnología de Vannevar procesa diariamente terabytes de datos en más de 80 idiomas, desde contenido abierto en redes sociales hasta información extraída mediante sensores físicos y humanos en campo. Los modelos son capaces de traducir, detectar amenazas y analizar sentimientos a través de una interfaz tipo chatbot similar a ChatGPT.
Del espionaje clásico al análisis emocional automatizado
Entre las aplicaciones más destacadas de esta IA figura el análisis de sentimiento, una técnica para evaluar si una fuente expresa actitudes favorables u hostiles hacia Estados Unidos. En despliegues previos, esta tarea requería horas de lectura y codificación manual. Ahora, puede realizarse en segundos, aunque no sin controversia.
Expertos como Heidy Khlaaf, del AI Now Institute, alertan que esta prisa por integrar modelos generativos en decisiones críticas ignora las limitaciones estructurales de la tecnología. “Sabemos que los modelos de lenguaje son altamente imprecisos, especialmente en contextos de seguridad donde se requiere precisión absoluta”, advirtió.
Khlaaf advierte que el simple hecho de que un humano supervise el trabajo de la IA no garantiza la detección de errores, especialmente cuando los modelos analizan volúmenes de datos imposibles de revisar completamente a mano.
¿Una herramienta de apoyo o el nuevo oráculo militar?
El verdadero dilema, según analistas como Chris Mouton del think tank RAND, no es si los modelos de IA generativa funcionan, sino hasta qué punto las decisiones militares dependerán de ellos. Si bien pueden facilitar la síntesis de información y la generación de informes, su interpretación subjetiva puede derivar en decisiones estratégicas mal fundamentadas.
Mouton probó modelos como GPT-4 y versiones anteriores optimizadas para tareas de inteligencia, concluyendo que la IA aún tiene dificultades para identificar propaganda sutil. Y aunque su rendimiento mejora en tareas más estructuradas, como extracción de datos o detección de patrones, el riesgo de “alucinaciones” —errores generados por los modelos— persiste.
La desinformación como campo de batalla
Otro desafío crítico es la vulnerabilidad de la inteligencia de código abierto. Aunque abundante, esta información está expuesta a manipulación deliberada a través de campañas de desinformación, redes de bots y contenidos alterados. De hecho, el propio ejército estadounidense ha reconocido el riesgo de operar con datos que podrían haber sido intencionalmente distorsionados.
En este contexto, la IA podría amplificar errores si no se implementan controles rigurosos. La pregunta central, plantea Mouton, es si estas tecnologías se limitarán a ser herramientas auxiliares o si terminarán influyendo directamente en decisiones tácticas y estratégicas.
Una nueva era, no exenta de sombras
El Pentágono ya ha trazado su ruta: en diciembre anunció una inversión inicial de 100 millones de dólares para proyectos piloto de IA generativa en los próximos dos años. Además de Vannevar, grandes tecnológicas como Microsoft y Palantir están siendo convocadas para aplicar IA a datos clasificados.
Esta transformación no es exclusiva de Estados Unidos. Israel, por ejemplo, ha usado IA para generar listas de objetivos en la guerra de Gaza, una práctica fuertemente criticada por organismos de derechos humanos.
A bordo de los buques de guerra en el Pacífico, sin embargo, los marines ya viven esta nueva era. Entre conexiones intermitentes y algoritmos entrenados para rastrear emociones, el futuro del espionaje se aleja cada vez más del clásico agente encubierto y se acerca a una pantalla, un comando y una inteligencia que aprende sin cesar.
🕒 Línea de tiempo: La inteligencia artificial militar en EE. UU.
2003
🔹 Nacimiento de Palantir Technologies
Fundada tras los atentados del 11 de septiembre con el objetivo de ayudar al gobierno a integrar y analizar grandes volúmenes de datos. Se convierte en pieza clave para agencias como la CIA y el ICE.
2017
🔹 Inicio del Proyecto Maven
El Departamento de Defensa lanza este programa para desarrollar modelos de visión artificial capaces de identificar objetos en imágenes de drones. Representa el primer paso hacia la integración de IA en operaciones militares.
2019
🔹 Fundación de Vannevar Labs
Creada por exagentes de inteligencia de la CIA. La empresa busca aplicar modelos de lenguaje a la inteligencia de código abierto y se posiciona como líder en IA generativa para defensa.
2021
🔹 Vannevar inicia la recolección masiva de datos
Comienza a recopilar terabytes de información en 80 idiomas, combinando fuentes digitales abiertas, datos de sensores físicos y reportes humanos en campo.
2023 (durante el año)
🔹 Prueba piloto en el Pacífico con marines estadounidenses
La 15.ª Unidad Expedicionaria de Marines utiliza IA generativa en ejercicios reales, empleando herramientas de Vannevar para traducir, resumir y analizar inteligencia.
Noviembre de 2023
🔹 Vannevar obtiene contrato de hasta 99 millones de dólares
La Unidad de Innovación de Defensa del Pentágono firma un contrato para ampliar el uso de su tecnología en más unidades militares.
Diciembre de 2023
🔹 El Pentágono anuncia inversión de 100 millones de dólares en IA generativa
Se lanza un plan para desarrollar proyectos piloto en los próximos dos años, incluyendo la colaboración con Microsoft y Palantir en modelos de IA para uso con datos clasificados.
Febrero de 2024
🔹 El Pentágono declara que el uso de IA generativa “apenas comienza”
Altos mandos militares anuncian que los experimentos actuales son solo “la punta del iceberg” del futuro de la inteligencia artificial militar.