La evolución de la mujer en las Fuerzas Armadas de México ha sido un proceso largo, desafiante y lento. A lo largo de los años, las mujeres han logrado ingresar a una de las instituciones más tradicionalmente masculinas del país, lo cual refleja no solo un cambio en la estructura de las Fuerzas Armadas, sino también un cambio en la sociedad mexicana en su conjunto.
Aunque el camino ha sido lento en comparación con otros países, México ha acompañado la tendencia global hacia la inclusión de la mujer en sectores clave como las fuerzas armadas, el deporte y la política.
Los primeros pasos: soldaderas y la Revolución Mexicana
Durante la Revolución Mexicana, que tuvo lugar entre 1910 y 1920, las mujeres, conocidas como soldaderas, desempeñaron un papel esencial en las batallas, aunque mayormente en tareas secundarias.
Su labor abarcó desde el cuidado de los heridos hasta las labores de sanidad, no obstante, a pesar de su participación activa, las soldaderas no recibieron reconocimiento oficial en su momento, y sus contribuciones fueron muchas veces invisibilizadas por la historia oficial.
Incorporación formal en el ejército
Fue hasta 1936 cuando las mujeres pudieron ingresar formalmente al Ejército Mexicano, pero inicialmente solo en áreas como la intendencia, un espacio considerado menos combativo. Este fue un primer paso hacia la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas. Sin embargo, las verdaderas oportunidades para acceder a puestos de mayor responsabilidad fueron lentas en llegar. En 1982, se creó el Servicio Militar Nacional Femenil, lo que permitió a las mujeres realizar su servicio militar de manera voluntaria. A partir de ese momento, las mujeres empezaron a ocupar posiciones administrativas y logísticas dentro de las fuerzas armadas.
Avances significativos
El año 2007 marcó un hito histórico cuando el Heroico Colegio Militar, una de las principales instituciones de formación de oficiales en México, abrió sus puertas para permitir el ingreso de mujeres. Este evento abrió las puertas para que las mujeres pudieran cursar la formación de oficiales, un terreno previamente vedado para ellas. En 2012, la inclusión de mujeres se expandió a otras ramas del Ejército, como Artillería y Zapadores, y para 2017 se permitió su integración en las fuerzas de Artillería e Ingenieros de combate.
Además, en 2021 se permitió la integración de mujeres en las armas de Infantería, Caballería y Arma Blindada, permitiendo así su participación en áreas que históricamente estaban reservadas solo para hombres
La Guardia Nacional y la inclusión en el ámbito de seguridad pública
En 2023, la inclusión de mujeres alcanzó un nuevo capítulo cuando la primera generación de mujeres se graduó en la licenciatura de Seguridad Pública y se unió a la Guardia Nacional, una de las fuerzas de seguridad más importantes del país. Este paso consolidó aún más la presencia femenina en la defensa nacional y el ámbito de seguridad, proporcionando nuevas oportunidades para las mujeres en áreas claves como la seguridad pública, ciberdefensa y seguridad nacional.
Políticas de igualdad
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha implementado políticas para garantizar la igualdad de género en las Fuerzas Armadas. Organismos como la Dirección General de Derechos Humanos y el Observatorio para la Igualdad entre Mujeres y Hombres dentro del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana, son ejemplos de su esfuerzo por erradicar la discriminación y promover un ambiente de equidad.
A partir de 2024, las políticas de inclusión de género facilitaron que más mujeres ingresaran como soldados, especialmente en áreas como Infantería, Caballería y Arma Blindada, lo que aumentó la participación femenina a más del 15% de la fuerza militar total, compuesta por más de 243,000 miembros, de los cuales más de 37,000 son mujeres.
Desarrollo profesional y capacitación especializada
La capacitación técnica ha sido otro pilar fundamental para la inclusión de las mujeres en áreas de alta especialización, ya que algunas mujeres han alcanzado posiciones clave en áreas estratégicas como ciberdefensa, medicina espacial y otras especialidades técnicas, donde el Ejército Mexicano ha comenzado a invertir en formación de vanguardia.
Según la experta María de Hass Matamoros, subjefa de doctrina de la Sedena, las mujeres tienen el potencial de desempeñar un papel clave para enfrentar los nuevos desafíos de seguridad, como las guerras híbridas y las amenazas nucleares, ya que su inclusión en estos campos no solo es importante para la equidad de género, sino también para fortalecer las capacidades operativas del Ejército.
Desafíos y oportunidades futuras
Aunque se han logrado avances notables, aún existen barreras para lograr una verdadera igualdad en las Fuerzas Armadas, pues la estructura jerárquica y las tradiciones profundamente arraigadas en las instituciones militares siguen siendo un reto. Además, la presencia de mujeres en roles de liderazgo, especialmente en las decisiones estratégicas de seguridad nacional, sigue siendo limitada. Según De Hass Matamoros, el verdadero cambio hacia una mayor inclusión pasa por permitir que las mujeres asuman roles de responsabilidad más altos en los procesos de toma de decisiones.
El reciente ascenso de Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidente de México podría acelerar este proceso de cambio cultural en las Fuerzas Armadas, ya que su liderazgo abre nuevas puertas para la inclusión y la equidad en todos los ámbitos, incluyendo el sector militar, lo que podría transformar las dinámicas dentro de las Fuerzas Armadas hacia una mayor equidad de género.
Impacto social y cultural
El cambio hacia una mayor inclusión de las mujeres en las Fuerzas Armadas también tiene implicaciones en la relación entre las instituciones militares y la sociedad en general. Al incluir a las mujeres no solo como operativas, sino también como líderes estratégicas en campos tan cruciales como la ciberdefensa y la seguridad, las Fuerzas Armadas se posicionan para enfrentar los desafíos globales del futuro de manera más inclusiva, efectiva y moderna.
Aunque el camino hacia la plena igualdad en las Fuerzas Armadas de México ha sido largo y lleno de obstáculos, los avances logrados hasta la fecha son innegables. La presencia y participación de mujeres en todos los niveles de las fuerzas armadas es ahora una realidad que, con el tiempo, podría transformar no solo a la institución militar, sino también al país, marcando el inicio de un futuro más inclusivo y equitativo para las mujeres en México.