La historia del teléfono intervenido de Claudia Sheinabum

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Sheinbaum confirma hackeo a teléfono y correo, pero no son sus cuentas principales
La presidenta revela la trayectoria de un dispositivo que ha sido testigo de su carrera pública y subraya que las cuentas intervenidas no son sus canales oficiales 

Durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que un teléfono celular y una cuenta de correo electrónico asociados a su trayectoria política fueron intervenidos por hackers. Aunque aclaró que no se trata de sus líneas principales de comunicación, el incidente ha puesto bajo reflectores la historia de un dispositivo que ha acompañado su vida pública por más de 15 años y que, según reveló, guarda un valor emocional y funcional único.  

Un dispositivo con raíces en Las Adelitas

Sheinbaum detalló que el número telefónico en cuestión le fue regalado en 2008 por Layda Sansores, entonces senadora y figura clave en el movimiento feminista *Las Adelitas*. En aquel entonces, la hoy mandataria —quien trabajaba como investigadora en la UNAM— utilizaba un teléfono de prepago que limitaba su comunicación al agotarse el saldo. “Layda me dijo: ‘Te voy a regalar este teléfono y yo lo pagaré para que no tengas ese problema’”, recordó Sheinbaum, destacando cómo el gesto facilitó su incursión en la política.  

Tres años después, la presidenta asumió el control total de la línea, que desde entonces ha funcionado como un puente con la ciudadanía. Durante su gestión como jefa delegacional en Tlalpan (2015-2017), el número se convirtió en una herramienta clave para atender peticiones vecinales: reportes de falta de agua, fallas en el alumbrado público y otras demandas comunitarias. “Muchos habitantes de Tlalpan aún me contactan por ahí”, admitió, subrayando que, aunque ya no lo usa para asuntos personales, decidió conservarlo como símbolo de accesibilidad.  

El hackeo: detección y reacción

El ataque cibernético fue detectado inicialmente por Apple, que alertó a la Agencia de Transformación Digital (ATD), dependencia encargada de la seguridad tecnológica del gobierno mexicano. Según Sheinbaum, la ATD actuó de inmediato para contener la vulnerabilidad. “Sí hackearon mi teléfono y mi cuenta de Yahoo, que fue la primera que abrí. Ambas tienen décadas de antigüedad y son ampliamente conocidas”, explicó, enfatizando que sus cuentas oficiales cuentan con protocolos de ciberseguridad reforzados.  

La presidenta evitó señalar a los responsables del ataque —”No sabemos quién lo hizo”—, pero vinculó el incidente a su exposición mediática. “En campaña incluso publicaron mi número”, comentó, en referencia a filtraciones pasadas. Además, recordó que Mario Delgado, líder de Morena, enfrentó un hackeo similar años atrás, aunque él optó por cambiar de número, una medida que Sheinbaum descartó para no romper el vínculo con la ciudadanía.  Sheinbaum Pardo mantuvo ese número incluso después de asumir el cargo de jefa de Gobierno de la Ciudad de México y, según sus palabras, decidió conservarlo como un canal de comunicación con la ciudadanía: “Tanto que salió en el periódico qué número de teléfono era”, comentó en referencia a publicaciones que han revelado su contacto en el pasado.

Precisiones sobre el informe del New York Times  

El hackeo fue reportado recientemente por The New York Times, que señaló que ocurrió poco después de la entrega de 29 presuntos narcotraficantes a Estados Unidos.

El medio estadounidense también destacó que Sheinbaum ha implementado una estrategia de seguridad que incluye medidas como esta extradición y que, según sus fuentes, ha influido en la relación con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La presidenta de México rechazó algunas afirmaciones del artículo y mencionó que la información presentada por el NYT incluye tanto datos verídicos como otros que no sabe de dónde salieron.

“Hay algunos temas ciertos, en general los he contado aquí en la mañanera porque no tengo nada que esconder, pero otros temas no sé de dónde los sacaron, porque no son reales”, enfatizó.

El hackeo salió a la luz tras un reporte del New York Times que lo vinculó a la reciente extradición de 29 presuntos narcotraficantes a Estados Unidos y a tensiones políticas con la administración de Donald Trump. Sheinbaum reconoció que partes del artículo son veraces —como su estrategia de seguridad—, pero desmintió otras afirmaciones: “Hay datos ciertos, que yo he compartido aquí, pero otros no sé de dónde salieron; no son reales”.  

Un símbolo de continuidad

Más allá de lo técnico, el teléfono representa un legado político y personal para Sheinbaum. “Todavía lo guardo”, confesó, evocando su uso durante campañas electorales y su transición de académica a funcionaria. Su permanencia refleja un estilo de gobierno que prioriza la cercanía, aunque ahora enfrente los riesgos de la hiperconexión.  

Mientras las autoridades investigan el origen del ciberataque, el caso reabre el debate sobre la seguridad digital de los líderes públicos en México, un país donde, según datos de la organización R3D, el 78% de los ataques con software espía entre 2016 y 2023 tuvieron como objetivo a periodistas y activistas. Sheinbaum, sin embargo, insiste en mantener sus canales históricos: “No tengo nada que esconder”.  

 

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