La frontera entre México y Estados Unidos, que se extiende por más de 3 mil 100 kilómetros, ha sido un espacio de constante negociación, conflicto, cooperación y cambio. Desde que fue definida formalmente por el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848, esta frontera ha experimentado múltiples transformaciones en función de los intereses políticos, sociales y económicos de ambos países.
A lo largo del tiempo, las políticas de control fronterizo han variado desde enfoques más flexibles hasta un endurecimiento gradual que refleja los complejos desafíos de la migración, la seguridad y el narcotráfico.
Definición inicial de la frontera: Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848)
La frontera entre México y Estados Unidos comenzó a tomar su forma definitiva tras la Guerra México-Estados Unidos (1846-1848). Este conflicto culminó con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848, mediante el cual México cedió a Estados Unidos más de 2.4 millones de kilómetros cuadrados, que incluían territorios hoy pertenecientes a California, Arizona, Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Texas, Colorado, Wyoming y Kansas.
Este tratado definió la frontera siguiendo el curso del río Bravo (o río Grande), desde su desembocadura en el Golfo de México hasta el punto donde el río atraviesa la región de El Paso-Ciudad Juárez, y luego se extiende hacia el oeste hasta llegar al océano Pacífico. De este modo, la nueva frontera se estableció con una clara división de territorios, aunque los cambios en el paisaje y la política seguirían redefiniéndola durante los próximos años.
Compra de La Mesilla (1854)
En 1854, debido a la necesidad de crear una ruta ferroviaria hacia el oeste, Estados Unidos compró de México una pequeña porción de territorio conocido como La Mesilla. Este acuerdo, llamado la Compra de La Mesilla, añadió aproximadamente 30 mil kilómetros cuadrados en el sur de Arizona y Nuevo México, consolidando aún más las líneas fronterizas. Este ajuste resultó en la fijación de la frontera actual en esa región.
Cambios en el curso del río Bravo y el Chamizal
El río Bravo, actuando como frontera natural, sufrió cambios en su cauce debido a fenómenos naturales, lo que generó disputas territoriales. Uno de los casos más emblemáticos fue El Chamizal, una área de aproximadamente 2.4 kilómetros cuadrados en Ciudad Juárez que, debido a la desviación del río, quedó bajo control estadounidense.
Tras décadas de negociaciones, en 1963 se firmó un acuerdo que devolvió la mayor parte de El Chamizal a México, simbolizando la cooperación bilateral en la resolución de conflictos fronterizos.
Siglo XX: Cooperación y nuevos desafíos
Durante el siglo XX, la frontera fue testigo de un aumento en la cooperación en temas de control de aguas, comercio y seguridad fronteriza, pero también fue escenario de fricciones debido al aumento de la migración y el tráfico de drogas.
- La era de la combinación de tecnologías y fuerzas de seguridad : En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, con el incremento del comercio y la migración entre ambos países, las fronteras se volvieron cada vez más vigiladas.
El Plan de Desarrollo Fronterizo iniciado en los años 60 buscó no solo la seguridad, sino también el bienestar social y económico de las zonas fronterizas, con un enfoque en el desarrollo infraestructural.
Pero con el tiempo, el narcotráfico y la migración ilegal se convirtieron en los principales temas de seguridad en la frontera, lo que llevó a la creación de la Patrulla Fronteriza (Border Patrol) y a la implementación de controles más estrictos.
- La creación de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) y la resolución de disputas: La CILA, establecida en 1889, fue esencial para resolver cuestiones de la frontera que involucraban recursos hídricos. Durante el siglo XX, la CILA ayudó a gestionar el uso compartido del río Bravo y solucionó disputas sobre su cauce.
Décadas de 1980 y 1990: El refuerzo de la seguridad fronteriza
A lo largo de las décadas de 1980 y 1990, especialmente con el aumento de la migración de mexicanos hacia Estados Unidos, las políticas fronterizas de ambos países se endurecieron.
En 1994, el gobierno de Estados Unidos implementó la Operación Guardián en áreas como San Diego, en un intento por frenar el flujo de inmigrantes indocumentados. La operación no solo aumentó la presencia de patrullas en la frontera, sino que también desvió las rutas de migración hacia áreas más peligrosas, como el desierto de Arizona.
Además, en 1994, se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que facilitó el comercio entre México, Canadá y Estados Unidos, pero también provocó un mayor flujo de migrantes debido a las disparidades económicas entre los países.
Siglo XXI: Políticas contemporáneas y desafíos
El siglo XXI ha estado marcado por diversas políticas y acciones en la frontera:
- Administración de George W. Bush (2001-2009): Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la seguridad fronteriza se convirtió en una prioridad. Se creó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y se aprobó la Ley de Valla Segura en 2006, autorizando la construcción de barreras físicas a lo largo de la frontera.
- Administración de Barack Obama (2009-2017): Aunque se promovió una reforma migratoria integral, también se registró un alto número de deportaciones, enfocándose en individuos con antecedentes penales. Se implementaron programas como DACA en 2012, brindando protección temporal a ciertos inmigrantes indocumentados que llegaron al país siendo niños.
- Administración de Donald Trump (2017-2021): Se adoptó una postura más estricta en materia migratoria, implementando la política de “Tolerancia Cero”, que resultó en la separación de familias en la frontera. Se impulsó la construcción de un muro fronterizo y se firmaron acuerdos con países centroamericanos para que actuaran como “terceros países seguros” para solicitantes de asilo.
- Administración de Joe Biden (2021-2025): Se revirtieron varias políticas de la era Trump, incluyendo la suspensión de la construcción del muro y la reinstauración de DACA. Sin embargo, se enfrentaron desafíos relacionados con el aumento de migrantes en la frontera y la gestión de solicitudes de asilo.
- Segundo mandato de Donald Trump (2025-actualidad): Se han implementado medidas más estrictas, incluyendo la suspensión de la aplicación CBP One, utilizada por migrantes para programar citas en puertos de entrada. Además, se ha incrementado la presencia militar en la frontera y se han establecido políticas que permiten la detención de migrantes en lugares previamente considerados sensibles, como escuelas y hospitales.
Acuerdos recientes y políticas implementadas
En febrero de 2025, México y Estados Unidos alcanzaron una serie de acuerdos destinados a fortalecer la seguridad fronteriza y combatir el tráfico de drogas y la migración irregular. Entre las medidas adoptadas se incluyen:
- Despliegue de la Guardia Nacional: México desplegó 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte con el objetivo de frenar el tráfico de fentanilo y disuadir la migración ilegal.
- Compromiso de Estados Unidos contra el tráfico de armas: Estados Unidos se comprometió a intensificar los esfuerzos para evitar el flujo de armas de alto poder hacia territorio mexicano, un problema que ha incrementado la violencia en el país.
- Suspensión de aranceles: Como parte de los acuerdos, se logró la suspensión temporal del aumento de aranceles al 25% propuesto por el presidente Trump, evitando así tensiones comerciales adicionales entre ambos países.
Además, a finales de marzo de 2025, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, visitó México y se reunió con la presidenta Claudia Sheinbaum para discutir temas de seguridad en la frontera. A pesar de los esfuerzos realizados, Noem destacó que “todavía hay mucho trabajo por hacer” para detener el flujo de drogas y migración ilegal hacia Estados Unidos.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum enfatizó la importancia de la soberanía de México y la necesidad de colaboración y coordinación sin subordinación. Además, calificó la reunión con Noem como “fructífera” y subrayó la relación positiva entre ambos países, a pesar de las tensiones comerciales derivadas de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.
Críticas y desafíos
Las políticas implementadas han generado diversas reacciones. Organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes han criticado el enfoque militarizado de la frontera, argumentando que privilegia el control y la contención en detrimento de la protección y el acceso a derechos.
Además, la presidenta Sheinbaum ha manifestado su rechazo a la ampliación del muro fronterizo anunciada por Estados Unidos, reiterando que esta medida no resuelve los problemas de migración y abogando por atender las causas de la movilidad humana mediante inversiones económicas y sociales.