Discurso del secretario de Marina

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Intervención del almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, Secretario de Marina, en la salutación de las Fuerzas Armadas y Guardia Nacional a la presidenta

México continúa haciendo historia. Desde hace 200 años, don Guadalupe Victoria, Benemérito de la Patria, fue declarado el primer presidente de México, entonces nuestra nación inició una travesía hacia la democracia, la libertad, la soberanía y el respeto a la voluntad ciudadana.

La transformación continúa y la victoria de nuestro pueblo se ha hecho presente. El México de hoy es testigo de uno de los cambios más significativos y trascendentales en la historia de la vida nacional, ha sido investida la primera mujer de nuestro país con la banda presidencial y con ello asume el encargo de comandanta suprema de las Fuerzas Armadas, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

La Secretaría de Marina, Armada de México rinde honores a nuestra comandanta, le presenta sus respetos y subordinación. Con ello, respalda y reitera su absoluto apoyo a la decisión de nuestro pueblo.

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta constitucional de Estados Unidos Mexicanos y comandanta suprema de las Fuerzas Armadas.

General Ricardo Trevilla Trejo, secretario de Defensa Nacional.

Distinguidos integrantes del presídium.

Autoridades de los tres órdenes de gobierno.

Soldados, marinos, Guardia Nacionales, integrantes de las Fuerzas Armadas, del Ejército, Fuerzas Aérea, Armada de México y Guardia Nacional.

Invitados especiales.

Representantes de los medios de comunicación.

Queridas familias mexicanas:

Como país, somos herederos de gloriosos episodios históricos que entraña las luchas nacionales en defensa de sus más altos intereses. Por ello, el destino de la patria es un deber absoluto de cada ciudadana y cada ciudadano.

La Secretaría de Marina Armada de México ha acompañado a nuestra patria en la defensa de sus ideales por más de dos siglos colmados de lealtad y entrega. Cada etapa de la vida nacional en la que esta institución ha sido partícipe le ha permitido forjar una historia de confianza, de lazos indisolubles de amor a nuestro pueblo.

Estimada ciudadanía:

La voz de nuestro pueblo ha sido escuchada. Las y los mexicanos han decidido tomar las riendas de la nación, porque en una auténtica democracia sólo a ellos les corresponde hacer valer los encargos de la patria.

En esta nueva travesía hacia la continuidad de la transformación, la Armada de México ha sido convocada a sumarse una vez más a esta gran causa. Por tanto, habremos de trabajar en favor de los legítimos intereses del pueblo de México. El bienestar y progreso del pueblo será el centro de todos nuestros esfuerzos.

Como principio vital, habremos de acompañar al país hacia la paz, la seguridad y la libertad. Seguiremos, por tanto, enarbolando los principios de honor, deber, lealtad y patriotismo, y con ellos el de la honestidad y amor a la patria.

Con miras hacia el futuro, nuestro principal objetivo será continuar trabajando por y para los mexicanos como la Armada que siempre hemos sido: cercana, solidaria, honesta, institucional y altamente estratégica, pero también una Armada que reafirma su irrestricto respeto a los derechos humanos, un mayor impulso a la perspectiva de género para la igualdad sustantiva, una Armada decidida a consolidar hoy más que nunca la participación cada vez más destacada de la mujer en nuestras filas.

Seguiremos siendo una institución comprometida con el esfuerzo nacional para garantizar el porvenir de las actuales y futuras generaciones.

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, comandanta suprema de las Fuerzas Armadas:

En nombre de quienes integramos la Secretaría de Marina Armada de México reciba nuestras más sinceras felicitaciones, hoy la nación entera celebra este momento trascendental. Como primera mujer presidente, toma usted el timón de nuestro buque, un hecho que habrá de quedar en la historia de la nación y que vive ya en el corazón de las y los mexicanos.

El pueblo no se equivoca y ha expresado su voluntad. De manera personal, agradezco su designación al conferirme el encargo como secretario de Marina y alto mando de la Armada de México. Sé que su decisión entraña, además de su confianza, una gran responsabilidad para con nuestra nación, un compromiso sublime y noble, pero también de grandes desafíos, un compromiso que siempre tendrá de mi parte lealtad y arduo trabajo, inquebrantable determinación y entrega absoluta.

Permítame ratificar ante usted y ante la nación mi juramento patrio, un juramento que implica ofrendar hasta la vida misma si fuera necesario. Bajo su digno mando estaré a la altura de los ideales que este tiempo de cambio y, sobre todo, a la altura de las necesidades de nuestro país.

Tiene ante usted un contingente representativo de nuestras tropas y tripulaciones manifestándole nuestro respeto y subordinación en calidad de comandanta suprema. Al igual que usted, quienes portamos el uniforme naval tenemos como única y más noble misión servir a México. Nuestra ruta a seguir es y siempre será el impulso del poder marítimo, la defensa de nuestra soberanía, la seguridad nacional y el fiel cumplimiento de las misiones encomendadas, todo ello para el bienestar de la sociedad mexicana.

Este nuevo liderazgo de las Fuerzas Armadas que usted representa entraña la fuerza de la igualdad, de la razón, de la democracia y, sobre todo, la fuerza de nuestro amor por México.

Tenemos, por tanto, significativos retos, toda vez que no sólo estamos llamados a preservar y custodiar todo lo alcanzado y lo que por herencia histórica nos ha sido conferido, sino que tenemos el alto encargo de continuar y consolidar tan gran legado de justicia social y apoyo a las y los mexicanos.

Para tan gloriosa encomienda, nuestro país cuenta con la Secretaría de Marina Armada de México, cuenta con nuestra inquebrantable lealtad y probada institucionalidad, cuenta con hombres y mujeres navales, mercantes y personal civil de la Secretaría de Marina, centinelas de la patria, custodios de los ideales, de los sentimientos y las voluntades de nuestra nación de cara a la modernidad, con una visión hacia el futuro desde una perspectiva marítima.

Tenga la seguridad que desde el mar, aire y tierra actuaremos en todo momento bajo el principio democrático de la subordinación del poder militar al poder civil, con justicia, subordinación y, sobre todo, con honradez. Nos mantendremos atentos al llamado de la patria para atender con acciones sus necesidades y para hacer realidad cada uno de los proyectos que nos sean encomendados.

Mi comandanta suprema:

Bajo su mando, navegaremos juntos, respondiendo siempre al llamado de la gente de mar, de la población civil, para salvaguardar su vida y sus intereses, sus actividades, proteger el medio ambiente marino y garantizar la soberanía nacional como primer escudo de la nación.

Bajo su mando, navegaremos juntos, respondiendo siempre al llamado de la gente de mar, de la población civil, para salvaguardar su vida y sus intereses, sus actividades, proteger el medio ambiente marino y garantizar la soberanía nacional como primer escudo de la nación.

Habremos de impulsar los mares, puertos y aeropuertos mexicanos, además del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, principales potenciadores del bienestar y desarrollo sustentable de México, convirtiendo a nuestra nación en un actor protagónico a nivel mundial a partir de su naturaleza geopolítica.

Somos un país bioceánico, bipeninsular, con cinco mil 127 kilómetros cuadrados de territorio insular, 11 mil 122 kilómetros de franja costera y más de tres millones de kilómetros cuadrados de zona económica exclusiva; somos la novena del mundo. Somos un país con 17 estados costeros, donde habita el 41 por ciento de la población y cerca del 43% del Producto Interno Bruto se genera en esos estados.

Somos una nación privilegiada, de un poder marítimo nacional representado por sus intereses marítimos que son fundamentales para el desarrollo económico, el bienestar del pueblo y cuya gestión es clave para el aprovechamiento sostenible y sustentable.

No hay desarrollo sin seguridad, es el poder naval el garante para protegerlo con base en las capacidades de la Armada, por lo que su apoyo resulta imprescindible para potenciar el poder marítimo nacional, para la defensa, seguridad y desarrollo nacional.

Así, enfilamos nuestra proa hacia la victoria del México de la esperanza, del bienestar social y de la inclusión.

Muchas gracias.

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