Intervención del general Ricardo Trevilla Trejo, secretario de la Defensa Nacional y alto mando del Ejército, Fuerzas Aérea y Guardia Nacional en la salutación de las Fuerzas Armadas y Guardia Nacional a la presidenta
Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de los Estados Unidos Mexicanos y, a partir de este momento, como una contribución que hace la Secretaría de la Defensa Nacional a la política pública de posicionamiento de la mujer y a su valiosa contribución que hace a este país, comandanta suprema de las Fuerzas Armadas.
Licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Gobernación.
Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, secretario de Marina y alto mando de la Armada de México.
Maestro Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
Maestro Martí Batres Guadarrama, jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Funcionarios de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina.
Compañeros de armas del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional en activo y en retiro.
Agregados de Defensa militares, aéreos y navales acreditados en nuestro país.
Respetables familias que nos acompañan.
Invitados especiales.
Representantes de los medios de comunicación:
Muy buenos días.
Todas las mexicanas y mexicanos fuimos testigos de un acto que constituyó un hito en la historia patria, ya que orgullosamente presenciamos la toma de posesión de la primera mujer jefa de Estado que guiará el destino del país.
Para los soldados de la República, este orgullo se enaltece porque, además, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo es la primera mujer comandanta suprema de las Fuerzas Armadas Mexicanas, hecho inédito en nuestro devenir y motivo por el cual nos encontramos reunidos para realizar la salutación oficial militar, tradición que se realiza cuando se asume el mando de tropas.
Y qué mejor escenario que este imponente campo deportivo militar Marte, activo de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la nación desde 1937, designado por el general Joaquín Amaro Domínguez, destacado militar que en la etapa posrevolucionaria impulsó a educación militar en la institución del Ejército, salutación que realizamos con el lábaro patrio que ondea majestuosamente ante nosotros, al que los soldados, pilotos, marinos y guardias nacionales le juramos lealtad desde el primer día que ingresamos al servicio de las armas y ante el que hoy ratificamos esa lealtad institucional a nuestra presidenta y comandanta suprema.
De ahí la relevancia de este acto trascendental en el que las mujeres y hombres que integramos el instituto armado reafirmamos también nuestro firme compromiso con el pueblo de México, representado en la legitimidad de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, elegida presidenta de México por millones de mexicanas y mexicanos.
En este punto, quiero destacar que la lealtad y el compromiso con el Ejecutivo de la nación y con las instituciones están arraigadas en el gen de cada militar, afirmación innegable que se ha escrito en el devenir nacional mediante acciones palpables que van desde hechos heroicos hasta el apoyo a la sociedad ante cualquier tipo de necesidad, como lo hacemos precisamente ahora en el estado de Guerrero con más de siete mil elementos e innumerables pertrechos del Ejército, Fuerzas Aérea y Guardia Nacional para aplicar los planes DN-III E y GN-A por el paso del huracán John.
Amable auditorio:
Los soldados de la República nos sentimos privilegiados de formar parte de una institución que surgió del movimiento social revolucionario para el sostenimiento de la democracia, para la defensa del pueblo y sus derechos, para garantizar la permanencia del Estado mexicano.
Este es nuestro origen y del cual nos sentimos orgullosos. Además, estos son los preceptos que desde siempre han guiado el rumbo de las Fuerzas Armadas, y a los que hay que añadir la subordinación total al poder civil, ideales con los que seguiremos manteniendo el ímpetu y la entereza para afrontar los retos y desafíos que se presenten en este nuevo camino que estamos comenzando, postulados que ahora se ven enaltecidos debido a la enorme participación de las mujeres en la vida pública del país, ya que en el instituto armado, desde la Revolución mexicana, ellas han desempeñado un papel por demás determinante.
Ejemplo de ello, son Amelia Robles, quien se disfrazó de hombre para poder combatir con las tropas revolucionarias; Adela Velarde, conocida como ‘la Adelita’, quien inicialmente se desempeñó como enfermera en el movimiento revolucionario; Carmen Alanís, quien se levantó en armas en Casas Grandes y participó en la toma de Ciudad Juárez; Rosa Bobadilla, quien se enroló en las fuerzas zapatistas y destacó por su liderazgo en batalla, y Dolores Jiménez, quien fue defensora de los derechos de las mujeres, sólo por citar algunas. Ellas lucharon por construir un mejor país. Desde entonces, las mujeres han sido parte fundamental de las Fuerzas Armadas, abriéndose camino con esfuerzo, talento y perseverancia.
Fue así que, en 1938, dieron un paso trascendental con la apertura de la Escuela Militar de Enfermeras y posteriormente, en los años 70, con el ingreso a la Escuela Médico Militar de Transmisiones y de Odontología.
A inicios de este milenio se impulsó aún más la participación de la mujer al integrarse a diversos planteles que eran considerados sólo para hombres, como el Heroico Colegio Militar, Colegio del Aire, Escuela Militar de Ingenieros y Escuela Superior de Guerra.
Por lo que respecta a la administración que acaba de concluir, se dio otro gran impulso al incorporarse a las armas de combate de Infantería, Caballería y Blindada, contando actualmente con 14 oficiales y 278 elementos de tropa, además de 494 cadetes en formación, las que se suman a las 47 mil 907 mujeres que integran las fuerzas armadas de tierra, aire y Guardia Nacional, por lo que se ha consolidado su participación en toda la estructura militar.
Por ello, ahora nos toca dar un paso más al frente, generándoles las condiciones propicias para que puedan ejercer el mando de tropas en todos los niveles y conduzcan por igual a hombres y mujeres en todas las actividades del quehacer militar. Esta será una prioridad en el Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, como lo señalé en la ceremonia de toma de posesión de la secretaría a mi cargo.
Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de la República y comandanta suprema de las Fuerzas Armadas:
el gran honor que sentimos al ser guiados por primera vez por una comandanta suprema, que nos hace recordar al general humanista Felipe Ángeles, cuya empatía por sus semejantes le asignaron un lugar preponderante en la historia militar
En este nuevo episodio de gran trascendencia para los mexicanos, los militares nos encontramos motivados para, como usted nos los señaló en el Heroico Colegio Militar el 10 de septiembre, atender con humanismo, disciplina y valor los retos que tengamos que afrontar, motivación que se desprende del gran honor que sentimos al ser guiados por primera vez por una comandanta suprema, que nos hace recordar al general humanista Felipe Ángeles, cuya empatía por sus semejantes le asignaron un lugar preponderante en la historia militar.
Prueba de ello es que, en el segundo día de su mandato, usted tomó acciones inmediatas asistiendo al estado de Guerrero, en el que lamentablemente connacionales atraviesan momentos de dificultad por el huracán John, y donde se encuentran las tropas desplegadas ayudando a la población, muestra de su esencia social que compartimos.
Puede estar segura que, acorde con sus instrucciones, continuaremos atendiendo cualquier contingencia que se presente y aportando a la nación en la construcción de vías férreas, carreteras, hospitales y todo tipo de obras que contribuyan al progreso del país.
Estamos preparados para desempeñar nuestras misiones sustantivas y seguir siendo elementos estratégicos en el desarrollo de infraestructura, en los proyectos prioritarios de su gobierno y en la seguridad, por supuesto.
Tenga la certeza que este saludo que le otorgan los mandos militares, así como todos los soldados, pilotos, marinos del Ejército, Fuerza Aérea, Guardia Nacional y de la Armada de México, lleva consigo el respaldo y la motivación plena para impulsar su proyecto de nación que, estamos seguros, guiará al país hacia mejores horizontes, porque estamos convencidos que bajo su liderazgo y guía seguiremos contribuyendo al bienestar de los mexicanos.
Le refrendamos nuestro profundo respeto, nuestra firme lealtad y total disposición para caminar juntos con usted en su elevada encomienda con responsabilidad, compromiso y amor al pueblo de México, como bien me lo instruyó en mi nombramiento como secretario de la Defensa Nacional.
Muchas gracias